¿Te acuerdas de cuando tenías cinco años?

Bueno, quizá nos estemos remontando demasiado en el tiempo, pero seguro que te acuerdas de tu niñez en general. Nuestros padres siempre nos cuentan la historia de cuando nos llevaron al “cole” por primera vez.

«Pues hija, me acuerdo que tú no soltaste una lagrima, estabas muy tranquila» En cambio tu hermano… ¡qué manera de llorar!

Nos gustara o no, íbamos al colegio. Todos los días hacíamos la fila para entrar, era prácticamente nuestra segunda casa. Allí nos esperaban profesores y compañeros que eran parte de nuestro día a día. Recordarás aquel niño que siempre te copiaba los deberes, el que compartía contigo su merienda y que hace tan solo unas semanas encontraste en Facebook. ¡Cómo es la vida!

Y qué decir de los profesores, seguro que tuviste más de un favorito durante todos los años que estudias matemáticas, inglés, ciencias y demás. Aquel que siempre repetía esa frase graciosa que nunca se te borrará de la cabeza, la profe de química que te enseñaba aquellas reglas mnemotécnicas para acordarte de los elementos de la tabla periódica.

La escuelita apoyo escolar

Cada uno dejó una huella imborrable en ti.

¿Recuerdas el momento de hacer los deberes? ¿Quién te ayudaba cuando te equivocabas?

Podrían haber sido tus padres u otros familiares, quizá algún profesor particular… Pero supongo que nunca nadie te dijo que dejases a un lado los libros, ¿Verdad?

Seguramente habrá sido lo contrario: insistían en que estudiaras, que terminarás tus tareas y que después ya tendrás tiempo para divertirte y salir a jugar. Todo eso que vivimos ayuda a definir quiénes seremos el día de mañana.

Si nunca te han hablado de lo importante que es estudiar, quizá tardes mucho tiempo en darse cuenta del valor que tiene. El apoyo que un niño recibe en tan temprana edad es esencial para su desarrollo. Tanto en la escuela como en casa, la influencia que reciben ha de ser positiva y ha de animarlos a seguir aprendiendo.

Existen comunidades en las que una cosa tan básica para nosotros como es la educación primaria, no es accesible para todos los niños. Ya sea por la situación de sus familias, la falta de recursos o la distancia a la que se encuentren las escuelas, es muy difícil que aprendan y desarrollen sus capacidades. Todos estos vacíos deben ser cubiertos con personas que contagien a los niños y a las familias esas ganas de aprender. A través del refuerzo escolar se puede dotar a muchos niños que lo necesitan con herramientas para seguir desarrollando su capacidad de aprendizaje, darles diferentes enfoques de la vida e inculcarles el valor de ser curiosos y aprender, para así contribuir a que sean mucho más autónomos en el futuro y a crear una sociedad formada, con criterio y capacidad de decidir.

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Piensa en quién eres hoy en día y gracias a quién has llegado hasta aquí.

Tú también puedes convertirte en esa persona que puede ayudar a mucha gente a cambiar su futuro siendo parte de un programa de voluntariado como es La escuelita

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