Con motivo de la celebración del Día de la Alfabetización nos gustaría hablar sobre la población de Panamá y las características de los niveles de alfabetización y analfabetismo de este país. Como grupo, nuestro trabajo trata de fomentar la educación en las escuelas, casas y espacios abiertos de Panamá.

De acuerdo con el informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (Unesco) Panamá tiene un porcentaje del 95% de su población alfabetizada. Un porcentaje que queda por encima de países como Nicaragua (83%), El Salvador (88%) y Guatemala (82%).

Nivel de analfabetismo

Nivel de analfabetismo

Actualmente, el Gobierno de Panamá pretende reducir al 3% el nivel de analfabetismo para el 2020. Y es que hay que destacar la importancia de la educación como un proceso positivo que influye en las capacidades individuales y colectivas de las personas, una vez alcancen formarse.

Basándonos en el perfil de la persona analfabeta que describe Orlanda Mendieta, presidenta del Consejo Técnico de Psicología de Panamá, este responde a varios fenómenos comunes en otros países de América Latina: socioeconómicos, culturales y políticos. La pobreza para el caso de los mayores panameños de 65 años, responde en su mayoría, a su temprana incorporación al mundo laboral. También, señala a la población indígena como la población que ha vivido tradicionalmente una situación más aguda de marginalidad social, debido a su dificultad para leer y para encontrar mejores puestos de trabajo.

Método “Yo, sí puedo”

A través del método “Yo, sí puedo” desarrollado por MIDES, se ha logrado bajar el analfabetismo en la comarca que reúne mayor índice de iletrados, Ngäbe Buglé. A través de este programa que funciona con voluntarios, un total de 76293 personas (mayores de 10 años) han podido ser alfabetizadas. 

Método “Yo, sí puedo”

En el proceso de enseñanza-aprendizaje se usa el idioma oficial, el español. Y en las áreas indígenas donde el medio de comunicación oral es la lengua vernácula, los voluntarios y docentes (que generalmente son nativos de la región), utilizan la lengua materna. Para ello, se basan en el método de palabras generadoras. Facilitar el análisis, el diálogo, la discusión, la reflexión y la participación de los adultos en los problemas de la comunidad.

Además, los recursos didácticos y audiovisuales facilitan también este proceso. El objetivo es al menos que terminen los estudios primarios. Otra de las actuales luchas está siendo: permitir garantizar el acceso a la educación de toda la niñez y jóvenes adultos del mundo rural.